¿Conoces la procedencia de este curioso gato? ¿Sabes cuáles son los cuidados especiales que necesita? Descubre todo sobre el gato egipcio o gato sin pelo, ¡y sorpréndete!
Llamados comúnmente gatos esfinge, los gatos sin pelo de la raza sphynx son de las mascotas más exóticas que puedes tener en casa. De gran elegancia, delgados y con el cuerpo totalmente libre de pelo, son alabados por muchos pero también temidos por otras personas.
Su aspecto con piel arrugada, orejas grandes y cola huesuda puede ser sinónimo de fealdad, pero si te detienes a analizar a estos peculiares felinos, son la raza más bella y tanto o más cariñosos que otros tipos de gatos.
¿A ti también te fascinan los gatos sphynx? Seguro que te gustará conocer algunas de sus curiosidades más sorprendentes.
Curiosidades sobre los gatos sin pelo
Su origen es una mutación genética. Aparecieron por primera vez en los años 60 en Canadá, debido a una mutación que se produjo de forma natural en un gato de la raza Devon Rex. A partir de este primer gato con la mutación, se crearon las nuevas razas que existen hoy en día.
Existen 6 razas de gatos sin pelo. Aunque todo los gatos sin pelo proceden de la misma línea sucesoria, se produjeron otras mutaciones que dieron a las actuales razas que se conocen hoy en día, todas de procedencia canadiense.
En realidad sí que tienen pelo. Estos gatos que tienen el cuerpo cubierto de pelo, al igual que todos los mamíferos, pero es un manto muy fino apenas perceptible.
Muchos no tienen ni bigotes. Lo que no suelen tener estos gatos es el pelo tan característico de los bigotes, las cejas y las pestañas. ¡Qué curioso!
Tienen una temperatura corporal más elevada. Para compensar la falta de pelo, su temperatura corporal es de hasta 4ºC más alta que la de otros gatos.
Necesitan bañarse cada semana. A diferencia de otros gatos, los gatos sin pelo no se acicalan y suelen sudar, por lo que precisan un baño semanal para estar siempre limpios.