Cómo preparar a tu gato para ir al veterinario

A los gatos caseros no nos gusta salir de casa, y mucho menos si se trata de una visita al veterinario la cual no suele ser demasiado cómoda para nosotros, provocándonos gran estrés.

Por esta razón, los expertos en etología felina recomiendan que antes de la visita al veterinario nos preparemos para evitar cualquier conflicto desagradable. Sigue estos sencillos consejos para que tu gato se estrese lo menos posible la próxima vez que tengáis que ir a la consulta veterinaria.

Mantener la calma

Los gatos nos damos cuenta de que algo extraño está pasando cuando los humanos actúan de forma extraña a nuestro alrededor. Si no quieres que tu gato sufra este estrés, mantente tranquilo en todo momento.

Sigue una rutina normal antes y después de la visita al veterinario y le ahorrarás muchas molestias a tu mascota.

Preparar el transportín

Lo más recomendable para ir al veterinario es llevar a tu mascota segura en su transportín. Si aún no está familiarizado con él, déjalo a su alcance algunos días antes para que lo reconozca y vea que no es peligroso.

El día de la visita al veterinario, rocía el interior del transportín con feromonas felinas. Esta sustancia nos ayuda a estar más tranquilos durante el tiempo que pasamos en él.

Optimiza el tiempo

No mantengas a tu gato más tiempo del necesario en el transportín o fuera de casa. Haz la visita lo más corta posible, programando bien los tiempos para limitar al máximo el estrés. Si es viable, ve al veterinario en coche para volver más rápido a casa, moviendo lo menos posible el transportín para que el gato no se asuste.

Protégelo

Ante esta situación de estrés, tu gato te seguirá reconociendo y se sentirá más seguro si te mantienes a su lado todo el tiempo. Háblale constantemente, dedícale alguna caricia sin sacarlo del transportín, y sobre todo colócalo en una posición en la que pueda verte para que no se estrese con el resto de estímulos de su alrededor que le resultarán extraños y potencialmente peligrosos para él.

La visita al veterinario es uno de los cuidados de un gato fundamentales, que se puede convertir en una experiencia menos estresante si sabemos actuar correctamente.

 

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