Lo primero que debéis tener presente a la hora de tratar con felinos es que somos completamente diferentes a los perros. Tener información sobre los gatos antes de lanzarse a la aventura de hacerse con uno nunca está de más. En esta ocasión quiero contaros los motivos por los que a, a veces, un gato puede mostrarse algo agresivo.
Junto a vuestro esfuerzo por enseñarnos a usar el arenero y lidiar con nuestro afán territorial, uno de los encontronazos entre humanos y gatos es esa posible agresividad felina. Aunque el instinto cazador y agresivo es algo que llevamos en los genes para sobrevivir, si el ambiente que nos rodea es adecuado, estamos sanos y nos enseñáis unos patrones adecuados de conducta, los gatos seremos capaces de dejar esa agresividad de lado.
Si no tenemos la suerte de convivir en casa con vosotros, la vida del gato por su cuenta le lleva a ser agresivo por naturaleza para sobrevivir. El gato debe mostrar su mal genio y falta de miedo frente a enemigos y presas si quiere vivir un día más al aire libre. Sin embargo, el gato doméstico lo tiene mucho más fácil y, por norma general, no tendrá la necesidad de volverse agresivo. Aun así, cada gato es un mundo y nuestro afán de conquistar y dominar puede traernos algún que otro problemilla.
A qué se debe la agresividad en el gato
Debéis aprender a identificar los motivos que pueden hacer que tu gato se comporte de forma agresiva. La información sobre los gatos es imprescindible para que aprendan a comportarse de una manera más civilizada dentro del conjunto familiar que le ofrecéis.
Los motivos más comunes por los que el gato es agresivo son los siguientes:
Un gato se vuelve agresivo porque tiene miedo
Si tu gato ha tenido malas experiencias desde pequeño y no ha aprendido a socializarse como se espera de él, lo más normal es que esté plagado de inseguridades y miedos. Este temor hará que se sienta incómodo ante caricias, desconocidos, invasión de su territorio, cambios en el arenero e, incluso, yendo al veterinario. Podréis ayudarle a superar sus miedos mediante rutinas. El gatito terminará acostumbrándose a su nuevo entorno, a las personas que le rodean y las normas de convivencia si os mostráis pacientes y receptivos con él.
Estamos enfermos o les duele algo
Ante cualquier dolor o enfermedad, nuestra manera de comunicar al exterior que queremos tranquilidad es mediante la agresividad. ¡Ojalá pudiéramos hablar vuestro idioma, todo sería más fácil! Sin embargo, vosotros tampoco sois muy aptos a la hora de interpretar todos nuestros sonidos y señales con lo que, si de repente vuestro gato se torna agresivo, pensad que algo le pasa. No dudéis en llevarlo al vete para quitar cuanto antes el malestar que pueda tener.
Un gato parece agresivo porque le gusta cazar
A muchos de nosotros nos cuesta un poquito más dejar de lado nuestro instinto cazador. Si de buenas a primeras nos lanzamos a morderos las piernas o cualquier otra parte del cuerpo no es por malas intenciones. Simplemente se nos va un poquito la pinza y os interpretamos como presas. Podéis controlar este tipo de comportamientos agresivos si dedicáis tiempo a jugar con nosotros, nos regaláis juguetes que hagan de presas y os cercioráis que hacemos nuestra tanda de ejercicios diarios.
Lo dicho humanos, tener la máxima información sobre los gatos a mano os ayudará a comprendernos y a enseñarnos a comportarnos de manera correcta. ¡Miau, he dicho!